Page 252 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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enfocaba ya el sector del cercado afectado, iluminando un
recuadro de unas veinte yardas de lado. Y los cañones
empezaron a disparar. Y tras ellos las ametralladoras, las
Colt‐Vickers de mano y las pistolas. Todos convergiendo
sobre aquel sector.
Toda la zona de blanco se iluminó como si fuera el tercer
círculo del infierno. Si una chinche hubiera estado allí,
tendríamos que haberla visto.
Pero vimos lo que yo esperaba. Nada.
Hasta que uno de los hombres, a la derecha de la
planchada, dejó de hacer fuego.
Era el joven Grey. No sé cómo alcancé a oírlo, en medio
de aquel ruido infernal, pero lo oí.
—¡Las huellas! —gritó—. ¡Las huellas! ¡Mírelas!
Las vi mientras el muchacho estaba gritando aún. Eran
como las otras. Sólo que esta vez, las estábamos viendo
imprimirse. Y no podíamos ver lo que las causaba. La
primera estaba justo al pasar la cerca. La arena se hundió, se
hizo el agujero y luego comenzó a filtrarse arena dentro.
La segunda pisada se marcó unos veinte pies más cerca.
Jerry Farman debe haberla visto. Lo oí gritar y luego lo
vi. Corría como un murciélago disparando del infierno,
directamente hacia “aquello”. Llevaba en sus manos uno de
los soldadores nucleares de los técnicos, sujetándolo como
si fuera un antiguo lanza‐llamas. Lanzaba una llamarada
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