Page 48 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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así como: “Pregúntele usted mismo…” Farman me miró y
me dijo:
—Pruebe usted, doctor No se me ocurre nada.
Me adelanté, sin perder de vista a Adams. Pero ésta no
me prestaba atención. Miré al Robot y dije:
—Robby… —y recién me di cuenta de que no había
pensado tampoco lo que le iba a decir.
Las luces de la máquina se apagaron por un instante y
se volvieron a encender. Adiviné que estaba haciendo el
distingo entre Adams y yo.
—Robby —repetí—, la atmósfera en este planeta…
debe… ser… muy rica en oxígeno… —y me quedé callado.
—El contenido de oxígeno del aire —respondió la voz
metálica—, es 4.7 mayor que el de la Tierra.
—¡Caramba! —Farman me tomó del brazo—. ¡Pavada
de preguntita la que le ha hecho usted…! —Se puso delante
de mí, mirando al Robot y alzó la voz—: ¡Eh, Robby!… —y
otra vez noté que las luces se apagaban y se volvían a
encender de inmediato—. ¿Cómo debemos llamarlo a usted:
“señor” o “señora”?
Se produjo una risita general entre la tripulación.
Farman era así, todo lo tomaba a broma. Lo miré y lo mismo
hizo Quinn, que gruñó:
—Si usted cree que le va a responder a eso… —y se
detuvo de golpe, dejando la frase inconclusa.
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