Page 49 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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—Pregunta poco inteligible —dijo la voz mecánica—.
Referencias al sexo resultan inaplicables.
Hubo una pausa, interrumpida por una risotada
general.
—¡Eso se llama responderle! —exclamó una voz
anónima de entre los soldados que cuidaban los flancos y
Farman se sonrió.
—Volvió a dirigirse al Robot, diciéndole:
—Muy bien, de manera que es usted listo. Contésteme
esta otra…
Tragó sus últimas palabras, pues Adams volvió de
golpe de su ensimismamiento.
—Déjese de tonterías, teniente —ordenó—. Y vuelva
atrás.
Farman se atragantó y, avergonzado, dijo:
—Sí, señor —y regresó a su sitio, guardando silencio.
Los hombres estaban en silencio también. Habíase
notado algo en el tono del jefe y repentinamente tuve
conciencia otra vez de la situación en que nos hallábamos. Y
de sus desagradables perspectivas.
Adams se aproximó aún más al Robot.
—Robby —le dijo—, ese peligro de que habló el doctor
Morbius, ¿en qué consiste?
La respuesta tardó en llegar notablemente, más que
cualquiera de las anteriores, y otra vez percibí un
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