Page 50 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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rapidísimo cambio y recambio en la intensidad de las luces.
—Pregunta no comprendida —expresó al fin la voz
metálica—. Haga el favor de formularla nuevamente.
Muy lentamente, Adams dijo:
—¿Cuál es el peligro al que se refirió el doctor Morbius?
La reacción que siguió a esto fué sorprendente. El
chirrido que siempre parecía acompañar a las palabras del
Robot, aumentó hasta convertirse en agudo quejido y las
luces relampaguearon con fuerza. Y luego, al mismo tiempo
que el sonido, cesó de golpe. El aparato quedó silencioso e
inmóvil una vez más.
Farman musitó:
—¿Qué le pasó?… ¿Se le quemó un fusible?
Y entonces, antes que ningún otro hablara, se
encendieron de nuevo las luces en la cabeza en forma de
bulbo. Me pareció que tenían la misma intensidad
moderada que al principio, pero no me sentí seguro de ello.
El Robot dijo:
—Debo conducir al comandante y a los oficiales ante el
doctor Morbius. —Exactamente como la primera vez.
Adams le volvió la espalda. Se alejó unos pasos,
haciéndonos señas a Farman, a Quinn y a mí para que nos
acercáramos. Lo seguimos y cuando estuvimos junto a él,
nos dijo:
—Dos de nosotros iremos. Jerry y yo. Usted, Alonso,
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