Page 54 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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grisácea parecía extenderse por millas hacia cada lado,
elevándose quizás unos cien pies sobre el desierto. No había
en ella abertura alguna que pudiera yo ver, y sin embargo
íbamos disparando en línea recta hacia ella. A una velocidad
cuya sola idea detestaba.
Cerré de nuevo los ojos.
Hubo un breve intervalo; luego, una leve disminución
de la velocidad, seguida de la aguda inclinación de una
curva. Oí que uno de los otros decía algo. Parecía una
exclamación; arriesgué otra mirada furtiva, y también
proferí una exclamación.
Debe haber existido una abertura en la pared de piedra,
porque ahora nos encontrábamos del otro lado de ella y
avanzábamos mucho más lentamente, descendiendo una
suave pendiente, en dirección a un valle, que tenía la roca
por un lado y el pie de una montaña por el otro. Y
podríamos haber estado a mil millas de cualquier desierto,
porque aquí, hasta donde podía alcanzar nuestra vista,
había árboles, arbustos y pastos y basta se veía correr
plácidamente un angosto río…
Otra vez mi primera impresión, como sucediera cuando
vi el planeta desde el aire, fué de semejanza con la Tierra.
Pero, en cuanto llegamos al término de la pendiente, el valle
se pudo observar más de cerca y toda similitud se disipó.
Los árboles, que a primera vista podrían haber parecido
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