Page 154 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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                                         LOS NUEVOS ELOIS




            Varios días más tarde, salí de la choza después de


            un  sueño,  y  me  di  cuenta  de  que  la  luz  era  más


            brillante de lo normal. Miré hacia arriba, y vi que

            la iluminación extra provenía de un feroz punto de


            luz a unos pocos grados de arco del Sol. Cogí mis


            gafas a inspeccioné la nueva estrella.

            Era  una  isla‐mundo  que  ardía.  Mientras  miraba,


            grandes  explosiones  astillaron  la  superficie,


            produciendo  nubes  que  se  transformaban  en


            hermosas  flores  de  muerte.  Pensé  que  la  isla‐

            mundo debía de estar desprovista de vida, ya que


            nada  podía  sobrevivir  a  aquella  conflagración,


            pero  aun  así  las  explosiones  llovían  sobre  la

            superficie, ¡y todo en un silencio ominoso!


            La isla‐mundo brilló con más intensidad que el Sol


            durante varias horas, y supe que presenciaba una


            tragedia  titánica,  hecha  por  el  hombre  o  por  los

            descendientes del hombre.


            En  cada  lugar  del  cielo  rocoso  —ahora  que  las


            buscaba— vi las señales de la Guerra.

            Allí tenía un mundo en el que grandes regiones de


            tierra se dedicaban a la destructiva y debilitadora


            guerra  de  asedio:  vi  grandes  franjas  de  campo


            excavadas,  inmensas  trincheras  de  cientos  de

            millas  de  ancho,  en las  que,  supuse, los  hombres


            luchaban y morían año tras año. Por allí ardía una




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