Page 237 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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continúa por el camino experimental que se
ha fijado?
—Quizá...
Pero ahora comprendía que su reacción, lejos
de permanecer sorprendido, como yo
esperaba, parecía menos respetuosa. Parecía
que me inspeccionaba de nuevo; su mirada
se movía inquisitiva sobre mi cara, pelo y
ropas.
Intenté verme bajo los ojos de aquel insolente
de veintiséis años. Absurdamente, fui
consciente de mí mismo; me alisé el pelo —
que no me había peinado desde el año
657.208 d.C.— y metí la barriga, que ya no
estaba tan bien definida como antaño. Pero la
desaprobación permaneció en su rostro.
—Echa un vistazo —dije—. ¡En esto es en lo
que te conviertes!
Se rozó la barbilla.
—No haces mucho ejercicio, ¿no? —Levantó
el pulgar—. Y él, Nebogipfel. ¿Es él...?
—Sí —dije—. Es un hombre del futuro, del
año 657.208 d. C. y es mucho más
evolucionado que nuestro estado actual, que
he traído aquí en mi Máquina del Tiempo: en
la máquina cuyas primeras especificaciones
ya se están formando en tu mente.
—Tengo la tentación de preguntarte cómo
acaba todo: ¿tengo éxito?, ¿me casaré?, y
demás. Pero tengo la impresión de que me
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