Page 258 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Pequeñas cabinas, estrechas y de aspecto
incómodo, colgaban del techo; y en cada una
pude ver el perfil borroso de un soldado.
Cada soldado portaba una variedad de
armas e instrumentos ópticos, la mayoría de
diseño desconocido para mí, que surgían del
casco de la nave. Debía de haber unas dos
docenas de aquellos artilleros —todos lleva‐
ban máscara y vestían los trajes de lona con
gorra— y nos miraban abiertamente.
¡Pueden imaginar cómo el Morlock atraía sus
miradas!
Era un lugar desolado e intimidante: un
templo móvil dedicado a la fuerza bruta. No
podía sino compararlo con la ingeniería sutil
de los Morlocks de Nebogipfel.
El soldado joven vino hacia nosotros; ahora
que el fuerte volvía a estar sellado, se había
quitado la máscara —colgaba de su cuello
como una cara arrancada— y pude ver que
realmente era muy joven.
—Por favor, vengan —dijo—. Al capitán le
gustaría darles la bienvenida a bordo.
Bajo su guía formamos una línea y
comenzamos a caminar cuidadosamente —
bajo la atenta y silenciosa mirada de los
soldados— hacia el morro del fuerte. El suelo
estaba al descubierto, y nos vimos obligados
a usar pasarelas estrechas; los pies desnudos
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