Page 424 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Ahora la criatura giraba la cabeza de lado a
lado. Vi que intentaba golpear el cráneo del
Morlock contra un árbol, ¡sin duda como
paso preliminar para comerse su pálida
carne!
Necesitaba un arma, y sólo pude pensar en la
llave inglesa de Moses. Me puse en pie y
rebusqué por entre los restos del coche del
tiempo. Había cantidad de tornillos, paneles
y cables, y el acero y la madera pulida de
1938 parecían extrañamente fuera de lugar
en aquel bosque antiguo. ¡No podía ver la
llave! Hundí los brazos, hasta los codos, en la
cubierta del suelo. Me llevó muchos y
agónicos segundos de búsqueda, mientras el
Diatryma arrastraba todavía más su presa
hacia el bosque.
¡Al fin la encontré! Mi mano derecha salió
del humus sosteniendo la llave.
Con un rugido, levanté la llave hasta el
hombro y corrí. Los ojos del Diatryma me
miraban al acercarme —redujo sus golpes—,
pero no soltó la pierna de Nebogipfel. Por
supuesto, nunca antes había visto a un
hombre; dudaba que hubiese entendido que
yo podía ser una amenaza. Cargué, e intenté
ignorar la horrible piel escamosa alrededor
de las garras de las patas, la inmensidad del
pico y el aliento a carne podrida que
desprendía.
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