Page 419 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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retroceder hacia el momento de su
nacimiento. El aleteo de noche y día se hizo
aún más lento, aún más pesado. El tronco se
redujo todavía más; y entonces, con un
crujido inmenso, la cabina del coche se partió
en dos, rota desde el interior como una
cáscara de huevo.
Tuve que soltar a Nebogipfel, y el Morlock y
yo caímos sobre la tierra suave y húmeda, en
medio de una lluvia de metal y madera.
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