Page 492 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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Pero  se  enderezó  y  volvió  la  cara  hacia  el


                  mar.


                  —Escucha..

                  Miré  a  mi  alrededor  desorientado,  el  borde


                  del  bosque,  el  mar,  el  ciclo  vacío.  El  único


                  sonido era el roce de la brisa en las copas de


                  los árboles, y el murmullo de las olas.

                  —¿Que escuche qué?


                  Su expresión se había vuelto dura y llena de


                  sospecha.  —El  rostro  de  un  soldado,

                  inteligente y temeroso.


                  —Un monomotor—dijo concentrada—. Es un


                  Daimler‐Benz DB, doce cilindros. Creo... —Se


                  puso en pie de un salto e hizo sombra con la

                  mano.


                  Entonces  yo  también  lo  oí;  mis  viejos  oídos


                  iban  retrasados.  Era  un  rasgueo  distante  —

                  como un insecto enorme y lejano— que venía


                  del mar.


                  —Mira —dijo Hilary señalando—. Allá. ¿Lo


                  ves?

                  Seguí  el  brazo  de  Hilary  y  recibí  en


                  recompensa  una  visión  de  algo:  una


                  distorsión que colgaba sobre el mar, hacia el

                  este.  Era  un  trozo  de  alteridad,  una  espiral


                  no  mayor  que  la  luna  llena,  una  refracción


                  brillante manchada de verde.


                  Luego  tuve  la  impresión  de  algo  sólido  en

                  medio, que se congelaba y giraba; y luego vi


                  una  forma  oscura  y  dura,  como  una  cruz,



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