Page 535 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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en aquella época de una especie que podría
un día destruir mundos!
El lugar de nuestra nueva colonia estaba lo
bastante lejos del primer campamento de la
expedición para que el bosque no mostrase
señales de daños. Pero todavía no podíamos
olvidar el bombardeo; de noche todavía
permanecía el brillo púrpura al este —
Nebogipfel dijo que sería visible durante
muchos años— y, agotado por el trabajo
diario, a menudo me sentaba al borde del
campamento, lejos de la luz y de las charlas
de los demás, para contemplar cómo se
elevaban las estrellas por encima de aquel
volcán hecho por el hombre.
Al principio el campamento era simple: poco
más que una hilera de cobertizos
improvisados con ramas caídas y hojas de
palma. Pero al asentarnos y una vez que el
suministro de agua y comida estuvo
garantizado, se estableció un programa de
construcción más vigoroso. Se acordó que la
primera prioridad era un salón comunal, lo
bastante grande para acogernos a todos en
caso de tormenta u otro desastre. Los nuevos
colonos se aprestaron con ganas a
construirlo. Siguieron el esquema preliminar
que había desarrollado para mi propio
refugio: una plataforma de madera,
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