Page 538 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
P. 538
16
LA FUNDACIÓN DE PRIMER LONDRES
A pesar de las terribles calamidades que
habían sufrido, los colonos eran jóvenes
resistentes, y podían tener un gran estado de
ánimo. Gradualmente —una vez terminadas
las muertes por radiación, y una vez que
quedó claro que no nos moriríamos de
hambre o acabaríamos en el mar— se hizo
evidente un cierto buen humor.
Una tarde, con las sombras de los
dipterocarpos extendiéndose hacia el mar,
Stubbins me encontró sentado, como era
habitual, al borde del campamento, mirando
el resplandor del cráter del bombardeo. ¡Con
timidez dolorosa me preguntó —para mi
sorpresa— si quería unirme a un partido de
fútbol! Mis protestas de que jamás había
jugado un partido no sirvieron de nada, y
pronto me encontré caminando por la playa,
hacia el lugar donde habían marcado un
campo simple y con postes —restos de
madera de la construcción del salón— que
servían de portería. La «pelota» era un fruto
de palmera, vacío de leche, y ocho de
538

