Page 537 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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pronto detecté una cierta diversión tolerante
en su trato conmigo. Sin embargo, seguí
siendo un participante entusiasta en las
muchas actividades de la colonia.
Y en lo que respecta a Nebogipfel, siguió
siendo, muy naturalmente, un poco un
recluso en aquella sociedad de jóvenes
humanos.
Una vez resueltos los problemas médicos
inmediatos y con más tiempo libre,
Nebogipfel se dedicó a pasar largos periodos
lejos de la colonia. Visitaba nuestro viejo
refugio, que todavía estaba en pie a algunas
millas al noroeste por la playa; y realizaba
grandes exploraciones por el bosque. No me
confió cuáles eran los propósitos de aquellos
viajes. Recordé el coche del tiempo que había
intentado construir, y sospeché que había
vuelto a un proyecto similar; pero sabía que
la plattnerita de la Fuerza Expedicionaria
había sido destruida en el bombardeo, por lo
que no veía el sentido de continuar con ese
plan. Sin embargo, no presioné a Nebogipfel
sobre sus actividades, sabiendo que, de todos
nosotros, él era el que estaba más solo —el
más alejado de la compañía de sus
semejantes— y por tanto, quizás, el más
necesitado de tolerancia.
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