Page 586 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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A continuación, una luz brillante se encendió
en varias de las estaciones. El resplandor se
reflejó en la superficie de hielo de la Tierra,
como una ristra de soles en miniatura. El
anillo de metal se desplazó de su posición en
el ecuador. A1 principio, esa migración era
lenta; pero entonces la ciudad pareció girar
sobre un eje —encendida, como una espiral
de fuegos artificiales— hasta que se movió
con tanta rapidez que no podía distinguir las
estaciones individuales.
Luego se fue, desplazándose lejos de la
Tierra hasta la invisibilidad.
El simbolismo de ese abandono era
sobrecogedor y, sin el fuego de los grandes
motores, la capa de hielo de la Tierra
abandonada parecía más fría y más gris que
antes.
Me eché en el coche.
—Es cierto —le dije a Nebogipfel.
—¿El qué?
—Que han abandonado la Tierra, la Ciudad
Orbital se ha soltado y se ha ido. La historia
del planeta ha terminado, Nebogipfel... ¡y
también, me temo, la nuestra!
A pesar de todos mis esfuerzos, Nebogipfel
cayó inconsciente, y después de un tiempo,
yo no tenía fuerzas para seguir. Me
acurruqué junto al Morlock, intentando
proteger su cuerpo húmedo de lo peor del
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