Page 584 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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—Si  duermes,  morirás...  Nebogipfel.  Creo


                  que debemos detener el coche.


                  Guardó silencio durante un rato.

                  —¿Por qué?


                  —Debemos  regresar  al  Paleoceno.  La  Tierra


                  está muerta, atrapada en el dominio de este


                  terrible invierno, por lo que debemos regre‐

                  sar a un pasado más habitable.


                  —Es              una            buena              idea...            —tosió—


                  exceptuando  el  detalle  de  que  es  imposible.

                  No  pude  diseñar  controles  complejos  para


                  esta máquina.


                  —¿Qué dices?


                  —Que este coche del tiempo es básicamente

                  balístico. Podía apuntar al pasado o al futuro,


                  y  durante  un  periodo  de  tiempo  especifica‐


                  do; llegaremos a 1891 de esta historia, o a sus

                  alrededores.  Una  vez  apuntado  y  lanzado,


                  no tengo control sobre la trayectoria.


                  »¿Entiendes? El coche sigue un camino en el


                  tiempo determina—

                  do por las condiciones iniciales y la fuerza de


                  la  plattnerita  alemana.  Nos  detendremos  en


                  1891 —un 1891 helado— y no antes...

                  Sentí que se reducían mis temblores, pero no


                  porque me sintiese más a gusto, sino porque,


                  comprendí,  mis  propias  fuerzas  estaban


                  comenzado a quedar exhaustas.

                  Pero quizás aquél no fuese el final, pensé: si


                  el planeta no había sido abandonado —si los



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