Page 605 - Las Naves Del Tiempo - Stephen Baxter
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¡Aunque parezca desagradecido, quería
recuperar la libertad! Aunque no veía forma
de conseguirlo.
Creo que permanecí en la prisión durante
quince días. Cuando llegó la libertad, fue tan
rápida como inesperada.
Desperté en la oscuridad.
Me senté sin las gafas. A1 principio no sabía
exactamente qué me había molestado, y
entonces lo oí: un sonido suave, un respirar
lejano, tranquilo. Era el más sutil de los
ruidos —casi inaudible— y sabía que si se
hubiese producido en las calles de Richmond
en las primeras horas de la mañana no me
habría alterado en absoluto. Pero allí mis
sentidos habían incrementado su
sensibilidad a causa de mi larga soledad,
durante quince días no había oído ningún
sonido que no produjese yo mismo,
exceptuando el silbido suave del baño de
vapor. Me planté las gafas en la cara. La luz
inundó mis ojos y parpadeé impaciente por
ver.
Las gafas me mostraron un brillo suave,
como de luz de luna, que penetraba en la
habitación. Había una puerta abierta en la
pared de la celda. Tenía forma de losange, con
el umbral a unas seis pulgadas del suelo, y
cortaba una de las falsas ventanas.
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