Page 426 - Hijos del dios binario - David B Gil
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que me envió Will.
—Exacto. ¿La ha dejado en su apartamento?
—No.
—¿Dónde la tiene, entonces?
—En un sitio seguro.
—¿Ha dejado su móvil en el apartamento?
—Los documentos no están en el móvil.
Daniel sacó su teléfono de repuesto; una
versión idéntica de aquel que se había hundido en
el Mediterráneo salvo por el módulo de cifrado que
le permitía comunicar con Fenris. Ejecutó una
aplicación y manipuló varios parámetros antes de
preguntar:
—Dígame la clave de su móvil.
Ella titubeó un instante.
—Le he dicho que ahí no está la información.
—Entonces no le importará darme la clave.
Con reticencia, Alicia dictó los dígitos uno por
uno, y Daniel los introdujo en la aplicación antes de
continuar.
—¿Qué está haciendo?
—Borrar toda la información de su teléfono
móvil y de las dos cuentas de correo vinculadas a
él: contactos, mensajes, calendarios..., todo.
—¿Puede hacer eso?
—Ahora sí. —Levantó la vista brevemente de la
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