Page 422 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Ella lo miró con asombro, como si fuera un
hecho insólito el que aquel hombre pudiera hablar.
—Sí —respondió en español, casi de manera
inconsciente.
La alarma continuaba allí, más intensa a cada
segundo.
—Cuando consiga calmarse, Alicia, se dará
cuenta de que no estoy aquí para hacerle daño. —
El hombre volvió el rostro hacia ella por primera
vez—. ¿Porque es Alicia Lagos, verdad?
Alicia asintió, tratando de controlar la
respiración y bajar sus pulsaciones. Entonces
comprendió que el sonido era la alarma del
habitáculo insistiendo en que se abrochara el
cinturón.
—Muy bien —sonrió el extraño—. Mi nombre
es Daniel Adelbert. Busquemos un lugar tranquilo
para hablar.
El Volkswagen rodó por las entrañas del
aparcamiento hasta alcanzar la última planta, casi
vacía de vehículos. Cuando Daniel paró el motor,
Alicia no sabía exactamente dónde se encontraban.
Su pretendido salvador había conducido sin
destino aparente, callejeando y tomando desvíos al
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