Page 529 - Hijos del dios binario - David B Gil
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Capítulo 15


            El corazón de un pirómano









                  Bastian  Knocht  giró  la  silla  y  se  sentó  con  el


           respaldar  entre  las  piernas,  observando  a  Girard


           directamente a los ojos, a la espera de que aflorara


           ese miedo atávico, visceral, que siempre terminaba


           por encontrar en el alma de sus víctimas. No tardó


           en  sonreír  satisfecho,  entonces  dio  una  profunda


           calada a su cigarrillo y lo dejó sobre la mesa.



                  La punta incandescente comenzó a oscurecer el


           barniz barato y, por algún motivo, a Girard aquel


           detalle le resultó sumamente incómodo. Cómo era


           posible  que  algo  tan  nimio  pudiera  inquietarle  en


           un  momento  así.  El  intruso,  sin  embargo,  parecía


           libre  de  tan  convencionales  preocupaciones.  Se


           quitó  la  americana  con  calma  y  la  echó  sobre  la


           butaca,  se  remangó  los  puños  de  la  camisa  y


           manipuló algo en su móvil antes de situarlo entre



           los  dos,  sobre  la  superficie  de  madera.  Solo


           entonces recuperó su cigarrillo y volvió a llevárselo


           a los labios.


                  —Creo que ahora sí me entenderá —dijo en su


           idioma,  y  la  pantalla  del  móvil  proyectó  entre


           ambos  la  traducción  transcrita  de  aquellas




                                                                                                            529
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