Page 624 - Hijos del dios binario - David B Gil
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terminal de Marina Bay y desembarcar rodeados
por una nube de turistas y hombres de negocios.
—Dijiste que alguien nos esperaba —observó
Alicia, mientras cruzaban un largo corredor con
forma abovedada en cuyas paredes curvas se
proyectaban, ahora sí, distintas escenas del fondo
marino.
—Jiang Liu. Es una amiga que se encarga de
mis asuntos en Singapur.
—¿Tus asuntos?
—Cuida de mi propiedad, mantiene mis
contactos, prepara las cosas cuando he de venir...
Ese tipo de cosas.
—¿Tanto vienes como para tener contactos y
propiedades?
—En realidad es tan solo un apartamento. Lo
compré cuando me di cuenta de que pasaba más
tiempo en hoteles de por aquí que en mi casa de
Charleroi.
Alicia sonrió mientras lo miraba de soslayo.
—No voy a preguntarte cuántas casas tienes.
—Noto cierto tono recriminatorio en tu voz.
Seguro que tu ex tiene, al menos, un par de casas:
ese bonito chalé en Madrid y algo en la costa.
—¿Solo tienes dos residencias, entonces?
—Cinco en realidad. Viajo mucho y odio los
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