Page 628 - Hijos del dios binario - David B Gil
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sonido, probablemente para romper el incómodo
silencio. Suaves beats electrónicos y una voz de
terciopelo sintético llenaron el ambiente y pusieron
banda sonora a aquel primer encuentro de Alicia
con Singapur. Continuaban alejándose de la costa y
la niebla matinal comenzaba a abrirse, lo que le
permitió vislumbrar, a través del techo de cristal
del habitáculo, unas líneas de acero que trazaban
trayectorias parabólicas entre los rascacielos.
Recordó haber leído algo sobre una red de
transporte ferroviario que conectaba los niveles
más altos de los edificios, haciendo parada en las
áreas comerciales, hoteles y centros de negocio.
Ahora que lo veía, se preguntó cómo debían
sentirse aquellos que solo pisaban las plantas
regias, viviendo toda su vida muy por encima de
las calles atestadas de gente vulgar.
Un tanto aturdida, bajó la vista y se centró en lo
inmediato.
—Me he puesto en contacto con el hombre que
me indicaste: Bao Yuen —dijo Lulú desde el asiento
del conductor—. Ciertamente, ahora mismo parece
la mejor alternativa para..., bueno, ya sabes para
qué.
—Puedes hablar tranquila —señaló Daniel,
sentado junto a ella.
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