Page 745 - Hijos del dios binario - David B Gil
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muerto, un mal necesario, y en cuanto han
obtenido lo que necesitaban de usted, la han
apartado a un lado. ¿Ando muy desencaminado?
—Me da igual lo que crea.
El viejo general torció el gesto, contrariado.
Entonces, con calma, desenroscó el pomo de su
bastón y extrajo un singular artilugio: una daga de
cuatro filos rematada en un largo punzón.
—¿Sabe lo que es esto?
Alicia se pegó aún más a la pared y miró el
extraño puñal. Finalmente, negó con la cabeza.
—En el ejército lo llamábamos el eviscerador.
¿Le dijo Adelbert que empecé mis días como
torturador del Ministerio de Seguridad? Se me
daba bien, tenía un don, y aún trato de conservarlo.
Cuando aquí abajo alguna de las niñas es
desobediente, algo que sucede sobre todo al
principio, me encargo personalmente de
corregirlas. —Hizo bailar su herramienta de trabajo
entre los dedos—. A alguien como usted le
sorprendería ver lo fácilmente que la dignidad
humana se doblega... Y una vez que se pierde, no
vuelve. Como la inocencia de esas chicas.
—No va a intimidarme —dijo Alicia, pero su
respiración agitada desmentía tales palabras.
—Le explicaré lo que va a suceder: la señora
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