Page 741 - Hijos del dios binario - David B Gil
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edad que su hija. Sus cuerpos semidesnudos
aparecían cubiertos de sudor, pues la calefacción y
la humedad eran inusualmente elevadas en la sala,
probablemente para prolongar el estado de
languidez inducido por las drogas que adormecían
sus miradas. Se recostaban entre almohadones,
aburridas y silenciosas, y ni siquiera la presencia de
aquella extranjera pareció despertar su interés.
Sentía que cada paso a través de ese pasillo la
hundía un poco más en el lodazal de la miseria
humana, confrontada a la crueldad que durante
eones los hombres habían ejercido sobre las
mujeres. Había llegado allí con su estúpida
ingenuidad de clase media, ignorante de los
verdaderos horrores que aún albergaba el mundo,
y se reprochó no haber comprendido hasta ese
momento dónde se encontraba. Afligida, continuó
cruzando en silencio la cámara, impotente ante el
drama de aquellas niñas. Tardó en percatarse de
que el hombre que caminaba junto a ella espiaba de
soslayo su consternación y sonreía, esta vez con
sádico deleite. Consciente de ello, Alicia levantó la
cabeza y endureció la expresión, y aunque no
tardaron en dejar atrás aquel lugar, algo frío y
oscuro anidó sin remedio en su pecho.
Continuaron por una red de pasillos formada
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