Page 764 - Hijos del dios binario - David B Gil
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dijo algo a Daniel en coreano, realizando con los
dedos la señal universal de fumar. Este le tendió la
cajetilla de cigarros y el mechero; el marinero se
encendió uno y quiso devolvérselos, pero Daniel
negó con una sonrisa. El otro se despidió
agradecido, llevándose dos dedos a la sien, y
repitió su saludo al cruzarse con Alicia, que salía a
cubierta envuelta en un abrigo de pescador.
—¿Has conseguido hablar con tu hija? —
preguntó Daniel mientras ella se acomodaba a su
lado.
—Sí. Nos ha costado entendernos, pero al final
el capitán ha comprendido que quería una
conexión vía satélite. —Alicia reparó en el cigarrillo
humeante entre los dedos de Daniel.
—Lo siento —dijo él, e hizo el ademán de
apagarlo.
—No. Después de lo de esta noche creo que no
tengo derecho a quejarme por un poco de humo. —
Y tras pensárselo un segundo, preguntó—: ¿Tienes
otro?
—No, le he dado la caja a nuestro amigo. —
Imitó el saludo con los dos dedos.
—Mejor así.
Alicia se encogió bajó el chaquetón y miró hacia
el horizonte, donde se vislumbraba en lontananza,
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