Page 767 - Hijos del dios binario - David B Gil
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fueran  nuevas  incorporaciones  al  personal  de  la


           estación.


                  Los llevaron hasta sus camarotes, les facilitaron


           ropa  limpia  y  sellaron  en  un  cilindro  de



           criogenización  el  siniestro  paquete  que  Daniel


           había  preservado  en  la  cámara  frigorífica  del


           pesquero. Por fin a solas, Alicia se dejó vencer por


           el cansancio: se encerró en la diminuta cabina que


           hacía  las  veces  de  ducha  y  permaneció  no  menos


           de media hora bajo el agua caliente. Podría haberse


           dormido  allí  mismo,  pero  logró  envolverse  en  un



           albornoz y llegar hasta la cama. Después, cerró los


           ojos y no supo nada más hasta que alguien tocó a


           su puerta.


                  Al abrir, se encontró con Daniel. Vestía uno de


           los uniformes naranjas del personal de la estación y


           parecía completamente despejado.


                  —¿Qué                 hora            es?          —preguntó                     Alicia,


           somnolienta.


                  —Son  las  ocho  de  la  tarde.  Llevas  durmiendo



           casi siete horas.


                  Incrédula,  deslizó  el  dedo  sobre  su  pulsera  y


           comprobó que era cierto.


                  —Tengo  hambre  —dijo  al  fin,  resignada—.


           ¿Sabes cómo llegar al comedor?


                  —Me temo que no hay tiempo. Inamura está a




                                                                                                            767
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