Page 770 - Hijos del dios binario - David B Gil
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por fin da sus frutos.


                  Daniel  estrechó  la  mano  que  le  tendían,  pero


           antes de soltarla, apuntó:


                  —Por ahora solo ha dado frutos para usted. Yo



           continúo sin respuestas.


                  —Pero las tendrá, hay pocas preguntas que no


           podamos  responder  ahora  —y  girándose  hacia


           Alicia,  agregó—:  Señora  Lagos,  debo  darle  las


           gracias por su colaboración.


                  Ella  sostuvo  la  mirada  de  aquel  hombre,


           buscando  algún  indicio  de  doblez  en  su



           agradecimiento,                      pero           solo         encontró               franca


           satisfacción.


                  —Tampoco  he  tenido  muchas  alternativas  —


           respondió por fin, devolviéndole el saludo.


                  Inamura  esbozó  media  sonrisa  ante  el


           comentario, pero se abstuvo de agregar nada más.


                  —¿Hay               algún            sitio         resguardado                   donde


           podamos hablar en privado, Harada? No tienen un


           clima muy apacible por estas latitudes.



                  Fueron  conducidos  al  interior,  a  la  sala  de


           reuniones  utilizada  por  el  equipo  científico  de  la


           estación.  Era  funcional  pero  acogedora,  con  viejas


           cartas  náuticas  del  Índico  y  el  mar  de  China


           decorando  las  paredes,  y  con  una  gran  mesa  de


           cristal en el centro, sobre la que se proyectaba un




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