Page 791 - Hijos del dios binario - David B Gil
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de décadas de meticuloso coleccionismo. Se
remangó los puños de la camisa, se descalzó y
caminó sobre la moqueta. A cada paso se
levantaban nubes de polvo que, inmediatamente,
eran aspiradas por los silenciosos extractores. La
luz de la mañana penetraba oblicua a través de las
contraventanas, reflejada por las aguas de Carrière
le Brun Chêne.
Se dirigió a los estantes donde Edin Adelbert
conservaba los viejos álbumes de fotos. De vez en
cuando, siendo aún un niño al que le gustaba
bañarse en las canteras cercanas, entraba a
hurtadillas y hojeaba aquellos libros llenos de fotos
que se podían tocar y aspirar, que aún conservaban
un olor analógico.
Amontonó los volúmenes sobre la mesa de
roble que presidía la biblioteca y pasó el resto de la
mañana examinándolos meticulosamente.
Valiéndose de una lente de aumento, escrutó los
rostros perdidos en cócteles y recepciones
diplomáticas celebradas a lo largo del tiempo y los
continentes. Algunos se repetían año tras año, otros
desaparecían para no volver jamás. Redescubrió a
«su madre», a la que solo había conocido a través
de fotos como aquellas, pero no daba con el rostro
que buscaba, con la prueba de que Edin Adelbert y
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