Page 802 - Hijos del dios binario - David B Gil
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un  amplio  arcoíris  de  colores  que  se  mantenían


           vívidos incluso entre penumbras. Sabía que al otro


           lado  se  encontraba  el  final  de  su  camino,  así  que


           pasó  bajo  la  arcada  y  accedió  a  un  gran  pabellón



           repleto de camas vacías.


                  Permaneció  en  la  entrada,  anclado  en  un


           torrente  de  recuerdos.  Brillantes  girasoles  y


           esponjosas nubes le sonreían desde las paredes; un


           enorme castillo, levantado con ladrillos de plástico,


           parecía  a  punto  de  desmoronarse;  y  gigantescos


           peluches custodiaban el lugar con ojos ausentes. La



           música  procedía  de  allí,  era  una  pieza  clásica,  un


           piano  que  hacía  vibrar  el  aire  con  una  cadencia


           melancólica.  Recorrió  con  la  mirada  las  camas


           cubiertas  con  colchas  de  alegres  bordados,  hasta


           que  encontró  la  que  una  vez  fuera  suya,  y  sobre


           ella,  un  hombre  sentado,  observándole  con  una


           sonrisa en el rostro, a la espera de que reparara en


           su presencia.


                  —El  hijo  pródigo  vuelve  a  casa  —dijo  Bastian



           Knocht cuando sus ojos se encontraron—. Cuántos


           recuerdos,  ¿no  es  cierto?  —Y  desactivó  el  hilo


           musical desde su móvil.


                  —¿Qué es este lugar? —preguntó Daniel.


                  —Esto es el Proyecto Zeitgeist, o su corazón al


           menos.  Aquí  permanecéis  durante  vuestros




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