Page 842 - Hijos del dios binario - David B Gil
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sendas copas. Alicia pagó y tomó su whisky, pero
antes de dar el primer sorbo, comentó con sorna:
—Espero que puedas sobrellevar el que una
chica te invite a una copa.
Daniel alzó la suya y propuso un brindis:
—Por las chicas que saben cuándo invitar a un
whisky. —Alicia rio y brindó con él. Antes de
beber, Daniel añadió—: Y por tu amigo William. Al
final le has hecho justicia.
Alicia dio un largo trago (quizás demasiado
largo) y dejó la copa sobre el posavasos.
—Ahora dime por qué has venido —inquirió—,
y esta vez quiero la verdad.
Daniel sonrió y miró a un lado, como si buscara
aquello que lo había delatado.
—¿La verdad?
—Ajá.
—Quería ver cómo sería hablar contigo ahora
que ninguno necesitamos nada del otro. Los dos
solos, sin más, sin tener que correr, o mentir, u
ocultarnos cosas.
Alicia negó con la cabeza, con una extraña
tristeza en los ojos.
—Sabes que es imposible.
—¿Qué es imposible? —preguntó él.
—Lo que has venido a buscar. Soy madre,
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