Page 840 - Hijos del dios binario - David B Gil
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cierta torpeza—. Quiero decir, me alegro mucho de
verte, pero no te esperaba en Londres.
—Estoy de paso. Supe que esta noche tocabas
en la ciudad y decidí dejarme caer para ver el
espectáculo.
—No te burles —sonrió ella, y le agradó
comprobar que seguía viva la complicidad que
había surgido entre ambos—. ¿De verdad estabas
ahí dentro?
—Sí. He de decir que se te da bien.
Ella aceptó el cumplido con una leve
inclinación de cabeza.
—Es gracias a mi editor, me tiene dando
vueltas de una ciudad a otra, explicando una y otra
vez la misma historia. Cualquiera que repita lo
mismo dos docenas de veces logrará que suene
verosímil.
Daniel adoptó un gesto más serio.
—¿No te preocupa estar tan expuesta? Te has
convertido en el enemigo visible de mucha gente.
—¿Lo dices por el numerito del final? No me
preocupan. Es más, creo que cuanto más expuesta
me halle, más segura estaré.
Ambos guardaron silencio y las miradas
cayeron por un instante.
—¿Y tú? —preguntó Alicia finalmente—. Desde
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