Page 165 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei                               Gabri e l Berm údez Casti llo


            que  había  extendida  una  espesa  capa  de  tierra

            semicubierta  con  rocas  de  forma  natural.  Estos

            entregaron tres canastas de pimientos, una jaula con


            conejos,  varios  lingotes  de  hierro  y  dos  piezas  de

            fieltro. Se llevaron huevos (de los mismos que habían


            entregado los otros), verdellones, jamones, una pistola,

            y unos frascos de cristal vacíos para conservas. De la

            misma manera que antes, el Manchurri, muy zalamero,


            quiso enseñarle algo en el interior del vehículo a una

            mujer alta y hombruna llamada Florita, y después de

            pasar un rato allí dentro se oyeron un par de gritos,


            retembló el vehículo sobre sus ejes, y salieron los dos;

            Florita iracunda y echando chispas por los ojos, y el

            Manchurri desternillándose de risa, y con las huellas


            de cinco dedos marcadas en la cara...


               —¡Espera,  Manchurri!  —gritó  una  voz  desde  la

            primera casa—. ¡Hay un telegrama para ti!


               A  este  grito,  y  al  ver  un  hombre  que  bajaba


            apresuradamente la ladera, los de la segunda casa se

            retiraron rápidamente con sus compras.


               —Llegó  esta  mañana,  de  Toledo  —dijo  el  hombre,


            acercándose—. Dicen que han detenido a los bandidos

            que os asaltaron; que los juzgan mañana; que si quieres

            ir, que os deis prisa...


               —Ya lo creo que iremos... Ten, un ejemplar gratuito




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