Page 19 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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Enrique IV donde los libros son gratis
Shakespeare; Don Quijote está en todas las manos y Sancho no es más
pulcro que Falstaff.
No creo que las obras completas de Shakespeare se den a leer sin
reparo a las miss inglesas, ni veo la necesidad de que ésta traducción
sea libro de solaz de niños y doncellas.
VI
He tenido un momento la intención de poner al frente de esta
traducción de los dos «Enrique IV» de Shakespeare, el nombre de
«Falstaff». El personaje secundario, destinado por el poeta a servir de
contraste a la figura de su héroe, ha salido del plan inferior y ocupa
hoy la parte más luminosa de la escena. Los grandes caracteres de esa
concepción genial quedan y quedarán; pero la universal popularidad
de Falstaff no tiene hoy más rival que la de Don Quijote, que se mueve
en otra región absolutamente distinta del mundo moral. Falstaff
encarna los vicios, el humour, el escepticismo de una raza sanguínea,
en la que la materia fuertemente reconstituida por la vigorosa
alimentación diaria, predomina sobre el espíritu y mantiene vivos los
deseos, aun más allá de los límites dentro de los cuales puede
satisfacerlos, como observa Harry de su insigne amigo. El hidalgo, por
el contrario, es casi inmaterial y las satisfacciones de la carne son letra
muerta para él, que vive el sueño de su raza, estrecho, enfático, pero
caballeresco y abnegado. Falstaff, en la venta, hubiera reemplazado
callandito al arriero; Don Quijote, en Eastcheap, habría rendido gentil
homenaje, con su elocuencia grave y decorosa, a la ilustre Rompe-
Sábanas, sin contar que en Shrewsbury se habría puesto
decididamente del lado de Hotspur, combatiendo como un león.
Está probado que Shakespeare dio primeramente a su original
creación el nombre de Sir John Oldcastle. Las pasiones religiosas han
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