Page 29 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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               Enrique IV                             donde los libros son gratis

               gobernados como el mar, por nuestra noble y casta señora la Luna,
               bajo cuyos auspicios... adquirimos.
               ENRIQUE.- Dices bien y hablas verdad; porque la fortuna de
               nosotros, los hombres de la luna, tiene, como el mar, flujo y reflujo,
               estando, como éste, gobernada por la luna. Y he aquí la prueba: una
               bolsa de oro muy resueltamente robada el lunes por la noche y muy
               disolutamente gastada el martes por la mañana. Se la gana
               vociferando: la bolsa o la vida! y se gasta gritando: traer vino! Hoy es
               marea baja, como el pie de la escala; mañana será alta, como la
               cumbre de la horca.
               FALSTAFF.- Pardiez, dices la verdad, chico. Dime, no es cierto que
               mi hostelera de la taberna es una hembra espléndida?
               ENRIQUE.- Dulce como la miel del Hibla, oh! mi viejo castellano y
               no es cierto también que un coleto de búfalo viste espléndidamente a
               un polizonte?
               FALSTAFF.- Pero, rematado burlón, qué significan tus pullas y
               sarcasmos? Qué diablo tengo yo que hacer con ese coleto de búfalo?
               ENRIQUE.- Y qué diablo tengo yo que hacer con la hostelera de la
               taberna?
               FALSTAFF.- No la has hecho venir a menudo para pagarle la cuenta?
               ENRIQUE.- Te he llamado acaso para reclamarte tu parte?
               FALSTAFF.- No, te hago justicia; siempre pagaste todo.
               ENRIQUE.- Sí, aquí y fuera de aquí, mientras mis fondos me lo
               permitían y luego usando del crédito.
               FALSTAFF.- Si y tanto has usado, que si no se presumiese que eres el
               heredero presuntivo.
               Pero dime, oh! suave burlador, habrá horcas en pie en Inglaterra
               cuando tu seas rey? Y la noble energía será aun defraudada por el
               mohoso freno de la ley, esa vieja antigualla? Cuando seas rey, no
               hagas colgar al ladrón, te lo ruego!
               ENRIQUE.- No, tú lo harás.



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