Page 31 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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               Enrique IV                             donde los libros son gratis

               FALSTAFF.- Donde quieras, chico; soy de la partida y si no lo hago,
               llámame bellaco y confúndeme.
               ENRIQUE.- Veo que te enmiendas; de penitente te conviertes en
               salteador.
                   (Entra Poins y se detiene en el fondo de la escena.)
               FALSTAFF.- Que quieres, Hal, esa es mi vocación.  No hay pecado
               en el hombre que trabaja según su vocación. Hola, Poins! Ahora
               sabremos si Gadshill tiene alguna red tendida. Oh! si los hombres solo
               se salvaran por sus méritos, qué agujero del infierno será bastante
               caliente para él? Es el más omnipotente de los truhanes que haya
               gritado: alto ahí! a un hombre de bien.
               ENRIQUE.- Buen día, Ned.
               POINS.- Buen día, caro Hal. Que está diciendo Don Remordimiento?
               Que dice Sir John Sangría? Como te has arreglado con el diablo, Jack,
               apropósito de tu alma, que le vendiste el último Viernes Santo, por un
               jarro de Madera y una pierna de carnero frío?
               ENRIQUE.- Sir John mantendrá su palabra y el diablo tendrá su
               ganga; porque Jack jamás hizo mentir un proverbio y dará al diablo lo
               que es suyo.
               POINS.- Entonces te condenarás por mantener tu palabra con el
               diablo.
               ENRIQUE.- De otro modo se condenaría por haberle defraudado.
               POINS.- Bueno, bueno, muchachos: mañana temprano, a las cuatro, a
               Gadshill. Hay allí peregrinos que se dirigen a Canterbury con ricas
               ofrendas y comerciantes que van a Londres con las bolsas repletas.
               Tengo yo máscaras para todos vosotros; tenéis caballos; Gadshill
               duerme esta noche en Rochester y para mañana a la noche he
               encargado ya la cena en Eastcheap. Podemos dar el golpe tan seguros
               como en nuestras camas. Si queréis venir os llenará la bolsa de
               escudos; sino, quedaos en casa y que os ahorquen.
               FALSTAFF.- Oye, Eduardito; si me quedo en casa y no voy, os haré
               ahorcar porque vais.

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