Page 76 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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               William Shakespeare                    donde los libros son gratis

               entre la vigilia y el sueño, como el alba entre el día y la noche, a la
               hora en que el divino tronco comienza su ruta dorada en Oriente.
               MORTIMER.- De todo corazón; me siento para oír su canción. Entre
               tanto, el acta estará redactada, presumo.
               GLENDOWER.- Sentaos; los músicos que van a tocar para vos, se
               ciernen en los aires a mil leguas de aquí y no obstante, estarán aquí en
               el acto. Sentaos y oíd.
               HOTSPUR.- Ven aquí, Kate; acostada eres perfecta. Ven, pronto,
               pronto, que pueda reposar mi cabeza en tus faldas.
               LADY PERCY.- Ven acá, cabeza de chorlo.
                   (Glendower dice algunas palabras galenses y en el momento
               empieza la música)
               HOTSPUR.- Ahora veo que el diablo comprende el galense, lo que no
               me asombra, siendo tan fantástico. Por Nuestra Señora! es buen
               músico.
               LADY PERCY.- Entonces tú debías ser un músico de primer orden,
               porque siempre te gobierna la fantasía. Estate quieto, bandido y oye el
               canto galense de esta lady.
               HOTSPUR.- Prefiero oír a Lady, mi perra, aullar en irlandés.
               LADY PERCY.- Quieres que te rompa la cabeza?
               HOTSPUR.- No.
               LADY PERCY.- Entonces está quieto.
               HOTSPUR.- Tampoco. Esta es manía de mujer.
               LADY PERCY.- Que Dios te guíe!
               HOTSPUR.- A la cama de la dama galense.
               LADY PERCY.- Cómo es eso?
               HOTSPUR.- Silencio; canta.
                   (Canción galense de lady Mortimer)
               HOTSPUR.- Kate, también quiero una canción tuya.
               LADY PERCY.- Mía? No la tendrás, por mi fe.
               HOTSPUR.- No,  por mi  fe!  Amor mío, juras como la mujer de un
               confitero. No, por mi fe! Tan cierto como que vivo! Dios me perdone!

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