Page 84 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 84

www.elaleph.com
               William Shakespeare                    donde los libros son gratis

               criados uno por uno; jamás se ha perdido ni el décimo de un cabello
               en esta casa.
               FALSTAFF.- Mientes, posadera; Bardolfo se ha hecho afeitar y ha
               perdido más de un cabello. Te juro que me han desvalijado el bolsillo.
               Vete, eres una mujer vulgar, vete.
               POSADERA.- Quién, yo? Te desafío; nadie me ha hablado así hasta
               ahora en mi casa.
               FALSTAFF.- Ve no más, te conozco lo bastante.
               POSADERA.- No, Sir John; no me conocéis, Sir John; yo si que os
               conozco, Sir John; me debéis dinero, Sir John y ahora me buscáis
               camorra para entretenerme y no pagar. Os he comprado una docena
               de camisas a vuestro cuerpo.
               FALSTAFF.- Lona, grosera lona; se las he dado a unas panaderas
               para que hagan cedazos con ellas.
               POSADERA.- Tan cierto como que soy una verdadera mujer, eran de
               tela de Holanda a ocho chelines el ana. Debéis aquí además, Sir John,
               por la mesa, por las bebidas extra y por dinero prestado, veinte y
               cuatro libras.
               FALSTAFF.- Ese (por Bardolfo) tuvo su parte; que os la pague.
               POSADERA.- Qué ha de pagar ese, si es un pobrete? No tiene nada.
               FALSTAFF.- Cómo, pobre? Mírale la cara; que llamas rico entonces?
               Has acuñar su nariz, has acuñar sus cachetes. No pagaré un medio.
               Cómo, me tomáis por un mozalbete? No puedo estar tranquilo en mi
               posada, sin que me desvalijen el bolsillo? He perdido un anillo de mi
               abuelo, que valía cuarenta marcos.
               POSADERA.- O Jesús! He oído al príncipe decirle, no sé cuántas
               veces, que el anillo era de cobre!
               FALSTAFF.- Bah! el príncipe es un imbécil, un rastrero; si estuviese
               aquí, le azotaría como a un perro, si llegase a repetirlo.
                      (Entran el Príncipe Enrique y Poins, a paso de marcha;
               Falstaff va a su encuentro haciendo el gesto de tocar la flauta en su
               bastón)

                                           84
                          Este documento ha sido descargado de
                                  http://www.educ.ar
   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89