Page 54 - 13 EL MERCADER DE VENECIA--WILLIAM SHAKESPEARE
P. 54
contra la vida de un ciudadano, una mitad de sus bienes pertenecerá
a la persona contra la cual ha conspirado, y la otra mitad al arca
reservada del Estado, y que la vida del ofensor dependerá
enteramente de la misericordia del dux, que podrá hacer prevalecer
su voluntad contra todo fallo. He aquí, a mi juicio, el caso en que
te encuentras, porque es evidente, por tus actos manifiestos, que
has conspirado directa y también indirectamente contra la vida misma
del demandado, e incurrido, por tanto en la pena precedentemente
enunciada por mí. Arrodíllate, pues, e implora la clemencia del dux.
GRACIANO.- Suplica que te den permiso para ahorcarte en persona;
sin embargo, como todas tus riquezas están confiscadas en provecho
del Estado, no te queda el valor de una cuerda; por tanto, debes ser
ahorcado a expensas del Estado.
DUX.- Para que veas bien la diferencia de nuestros sentimientos, te
perdono la vida antes de que lo solicites. En cuanto a tus bienes,
la mitad pertenecen a Antonio y la otra mitad pertenecen al Tesoro
público. Esa confiscación, tu humildad puede hacérnosla transformar
en multa.
PORCIA.- Sí, por lo que respecta al Estado, pero no por lo que
concierne a Antonio.
SHYLOCK.- No, tomad mi vida y todo. No excuséis eso más que lo
restante. Os apoderáis de mi casa cuando me quitáis el apoyo que la
sostiene; me quitáis mi vida cuando me priváis de los medios de
vivir.
PORCIA.- ¿Qué perdón podéis concederle, Antonio?
GRACIANO.- Una cuerda gratis. Nada más, en nombre del cielo.
ANTONIO.- Ruego a mi señor el dux y al tribunal que se reduzca la
multa a una mitad de sus bienes. Me contentaré con tener el simple
uso de la otra mitad para entregarla a su muerte al caballero que
recientemente ha raptado a su hija. Pido que sean impuestas, además,
dos condiciones a esta gracia: la primera, que se vuelva sin demora
cristiano; la segunda, que haga aquí, delante del tribunal, una
donación legal de todo lo que posea en el momento de su muerte a su
yerno Lorenzo y a su hija.
DUX.- Llenará estas condiciones; en otro caso, rectifico el perdón
que he pronunciado aquí recientemente.
PORCIA.- ¿Estás satisfecho, judío? ¿Qué dices, pues?
SHYLOCK.- Estoy satisfecho.
PORCIA.- Escribano, redactad un acta de donación.
SHYLOCK.- Os lo ruego: dadme permiso para salir de aquí; no me
siento bien; enviad el acta a casa y la firmaré.
DUX.- Vete, pero mantén la palabra.
GRACIANO.- En el bautismo tendrás dos padrinos; si yo hubiese sido
juez, habrías tenido diez más para conducirte a la horca y no a la
pila bautismal.
(Sale SHYLOCK.)
DUX.- Señor, os ruego que aceptéis venir a cenar conmigo.

