Page 28 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Capitulo III
Claypool era un hombre razonable. Estaba
acostumbrado a razonar frente a toda clase de
maravillas técnicas y prefería ignorar las cosas que
podían parecer inexplicables, dentro del mundo de las
reacciones físicas. Por eso los proyectiles capaces de
desintegrar un planeta no lo alteraban ni lo
preocupaban. Era algo comprensible.
Pero la pequeña Aurora Hall no.
La grotesca imposibilidad de su visita lo había
dejado mudo y helado. Refrenando su impulso de
subir corriendo por la escalera de emergencia, presionó
el botón del ascensor con dedos temblorosos.
Armstrong y Dodge, los dos técnicos, aguardaban
en la planta baja.
—¿La atraparon?
Mirándolo con expresión extraña, Armstrong
sacudió la cabeza negativamente.
—No había nadie en el ascensor, doctor.
La voz del técnico era demasiado formal,
demasiado cortés, su mirada excesivamente
penetrante. Claypool se sintió enfermo y estornudó
debido a la alergia provocada por las malditas flores
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