Page 31 - Los Humanoides - Jack Willianson
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—¿Quién?—Ironsmith desmontó de la bicicleta
con los ojos extremadamente abiertos— ¿Regresó?
Claypool observó con los ojos entrecerrados al
juvenil experto y de pronto comprendió hasta qué
punto habían confiado en ese hombre. Una sensación
de frío pánico lo invadió. Anteriormente había tenido
oportunidad de entrar en contacto con los astutos
agentes de la Confederación Triplanetaria y su oscura
ideología de terror y conquista. ¿Acaso ese joven bien
afeitado y de rostro suave...?
—Está bien... ¿Quién es esa criatura?
—Nunca la había vis... —Ironsmith advirtió las
flores que Claypool oprimía en la diestra y se
interrumpió, exclamando de inmediato—. ¡Esas flores!
¡La niña las tenía en la mano!
Claypool estudió un momento más el rostro rosado
del muchacho y luego le entregó la tarjeta, Ironsmith la
leyó y sacudió la cabeza.
—No puedo imaginar que... —aquí miró a los dos
técnicos—. Naturalmente, estoy dispuesto a
acompañarlo
Armstrong protestó inmediatamente:
—¡Este es un trabajo para la Policía de Seguridad!
Nuestra misión está aquí, en el Observatorio... ¿No
pensará arriesgarse acudiendo, verdad, doctor?
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