Page 113 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Ya  somos  como  reyes,  Hig.  Solo  ha  hecho


              falta que se acabase el mundo.




                     Se  echó  a  reír.  Una  risa  áspera,  como  una


              tos. Desagradable.




                     Ha  hecho  falta  que  se  acabe  el  mundo  para


              que  seamos  reyes  por  un  día.  ¿Eh,  Hig?


              Capitanes de nuestro destino. ¡Ja!




                     Entonces tosió de verdad. Un pequeño ataque


              de tos. Cuando se le pasó, dijo: Bueno, pues ve a


              las  montañas.  Dedícate  a  pescar  un  poco.  A  tu


              pasatiempo.  Relájate.  Tráenos  un  puñetero  alce


              fantasma.  Pero  trae  también  un  ciervo,  ¿vale,


              Hig? Algo que nos podamos comer.




                     Sonrió  de oreja a  oreja  clavándome  aquellos



              ojos  que  centelleaban  como  los  guijarros  en  el


              lecho de un arroyo.




                     No más de tres días. Lo digo en serio. Cada


              día  que  andes  por  ahí  haciendo  el  idiota  somos


              vulnerables.




                     Ladeé la cabeza y lo miré. Era la primera vez


              que admitía que yo servía para algo.




                     No duermo muy bien, dijo. Esa es la verdad.









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