Page 108 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
P. 108
felicidad.
Nunca lo habría llamado así. Al menos
entonces. Por miedo. Pero ahora ya me atrevo.
¡Vamos, Jasp!
Dejé clavada la laya en la tierra suelta y me
dirigí hacia el hangar y oí el palmoteo ahogado de
Jasper sacudiéndose antes de seguirme al trote.
Un par de días, dije. Quizá tres.
Metí en el fondo de la mochila dos bolsas de
congelación extragrandes llenas de cecina para
Jasper. Había superado las náuseas tiempo
atrás. Mi tío Pete me decía: Uno al final se
acostumbra a salir de casa pisando una cabra
muerta. ¿Y a una persona muerta?
¿Por qué tres?, dijo Bangley.
Metí la chaqueta de plumas, una grande de
color marrón jaspeado que había comprado en
Gabelas poco antes de cumplir los treinta y que
siempre me había acompañado al monte desde
entonces. Encima coloqué las bolsas de mi
cecina, la de venado, y la lona de nailon doblada
para protegernos del mal tiempo, y un rollo de
cuerda de paracaídas.
108

