Page 28 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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banquero miraba por la ventana como si no se hubiese
dado cuenta.
La banda sonora cambió a jazz y se vio una escena de
una plantilla multicultural de damas y caballeros, que
para nada tenían el aspecto de abusadores crónicos de
crédito, sentados alrededor de mesas de ensamblaje
fabricando a mano piezas de joyería étnica. Se lo
pasaban bien, bebiendo té e intercambiando alegres
bromas. Bebiendo demasiado té, a los sospechosos ojos
de Bud, tan opacos a tantas cosas pero tan certeros con
las tácticas de la manipulación mediática. La verdad es
que daban demasiada importancia al té.
Notó con aprobación que vestían ropas normales, no
uniformes, y que se permitía que los hombres y las
mujeres se mezclasen.
—El Peacock Bank mantiene una red global de
talleres limpios, seguros y cómodos, para que en caso de
que alguna circunstancia imprevista caiga sobre usted,
o si inadvertidamente sobrestima sus posibilidades,
pueda confiar en ser acomodado cerca de casa mientras
usted y el banco resuelven cualquier dificultad. Los
internos en los talleres del Peacock Bank disfrutan de
camas privadas y en ocasiones habitaciones privadas.
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