Page 47 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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U.E.I. exigía a los estudiantes que estudiasen un amplio
espectro de materias, incluyendo artes y humanidades.
Finkle‐McGraw prefería leer libros, escuchar música y
asistir a obras de teatro en su tiempo libre.
Un verano, mientras vivía en Ames y trabajaba como
asistente de investigación en un laboratorio de física de
estado sólido, la ciudad se había convertido en una isla
durante un par de días debido a una enorme inundación.
Como muchos otros nativos del Medio Oeste, Finkle‐
McGraw pasó una semana construyendo diques con
sacos de arena y hojas de plástico. Una vez más, le
sorprendió la atención de los medios de comunicación;
los reporteros de las costas aparecían continuamente y
anunciaban, con algo de sorpresa, que no había habido
pillaje. La lección aprendida durante el accidente del
avión en Sioux City se reforzó. Los disturbios de Los
Ángeles del año anterior daban un claro contraejemplo.
Finkle‐McGraw comenzó a desarrollar una opinión que
habría de informar su visión política en los años
posteriores, es decir, que mientras que las personas no
eran genéticamente diferentes, eran culturalmente tan
diferentes como se podía ser, y que algunas culturas eran
simplemente mejores que otras. Ése no era un juicio de
valor subjetivo, sino una observación de cómo algunas
culturas florecían y crecían mientras otras fallaban. Era
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