Page 144 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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sentó encima de su cabeza y bloqueó su visión por com‐


          pleto, dejando que sus piernas colgaran delante del rostro


          de Luke; éste se limitó a cerrar los ojos, o por lo menos


          pienso que lo hizo, porque yo tampoco podía ver a través



          de  las  piernas  del  marciano,  diciendo  que  tenía  los  ojos


          muy cansados y excusándose por cerrarlos delante de mí.


          Su subconsciente se negaba a reconocer el hecho de que ha‐


          bía algo delante de él que no le dejaba ver.


            –Empiezo  a  comprender,  doctor.  Y  supongo  que  si  al‐


          guien utilizara una de esas ocasiones para tratar de demos‐


          trarle  que  existen  marcianos,  es  decir  que  había  uno  de


          ellos con las piernas colgando delante de sus ojos, y le desa‐


          fiara a que los abriera y le dijera cuántos dedos tenía exten‐



          didos delante de él, o algo por el estilo, rehusaría abrir los


          ojos y trataría de dar una explicación racional para ello.


            –Sí. Ya veo que ha tenido experiencia en el trato con pa‐


          ranoicos. ¿Cuánto tiempo lleva como enfermera en el Hos‐


          pital General Mental, si me permite preguntarlo?


            –Casi seis años, en total. Algo más de diez meses esta vez,


          desde que Luke y yo nos separamos, y unos cinco años an‐



          tes de casarme.


            –¿Le importaría decirme, como médico de Luke, qué fue


          lo que produjo la ruptura entre Luke y usted?


            –Desde luego que no, doctor; pero preferiría contárselo


          en otra ocasión. Fueron muchas pequeñas cosas, y nos lle‐


          varía mucho tiempo en especial si trato de ser justa con los


          dos.








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