Page 317 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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estudiantes  que  fumaban,  discutían  y  escribían.  A

            pesar de ser abrumadora la superioridad de varones y

            humanos, no faltaba el ocasional grupo defensivo de


            jóvenes  xenianos,  de  mujeres,  o  de  ambos.  Algunos

            estudiantes conducían debates teóricos a un volumen

            ostentoso. Otros tomaban escuetas notas marginales en


            sus libros de texto y chupaban sus cigarrillos liados de

            tabaco  pungente.  Isaac  pasó  junto  a  un  grupo  que


            ocupaba  el  final  de  un  pasillo,  practicando  lo  que

            acababan de aprender y riendo encantados cuando el

            diminuto homúnculo creado a partir de un hígado dio


            cuatro  pasos  antes  de  derrumbarse  en  un  cuajo  de

            pulpa palpitante.


                El número de estudiantes a su alrededor descendía

            al  recorrer  los  pasillos  y  subir  las  escaleras.  Para  su

            irritación  y  disgusto,  descubrió  que  su  pulso  se


            aceleraba al acercarse a su detestable jefe.

                Recorrió  las  salas  paneladas  de  madera  y

            enmoquetadas del ala de administración de la Facultad


            de  Ciencias,  y  se  dirigió  hacia  el  despacho  al  otro

            extremo, en cuya puerta rezaba escrito con pan de oro:

            «Director. Montague Vermishank».


                Se detuvo un instante fuera y silbó nervioso. Estaba

            emocionalmente confuso tratando de mantener la furia


            y  el  desagrado  de  una  década  detrás  de  un  tono

            conciliatorio y civilizado. Inspiró profundamente antes




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