Page 315 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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de papeles. Apretó los labios y lo estudió. Lo recogió y

            observó  pensativo  el  lugar  donde  el  ciempiés

            masticaba feliz. Aquella mañana tenía que hacer algo


            más.

                No tiene sentido retrasarlo, pensó reluctante. Es posible

            que pueda avanzar en lo de Yag y aprender un poco sobre mi


            nuevo amigo... Lanzó un profundo suspiro y se remangó

            la camisa. Después, se sentó frente a un espejo para un


            raro y superficial acicalamiento. Se atusó inexperto el

            cabello  y  buscó  una  camisa  más  limpia,  rezumando

            resentimiento.




                Garabateó una nota a David y Lublamai, y comprobó


            que  su  ciempiés  gigante  estaba  bien  y  que  no  podía

            escapar.  Después  bajó  las  escaleras  y,  tras  clavar  su

            mensaje en la puerta, salió a un día lleno de afiladas


            cuchillas de luz. Con un suspiro, se dispuso a encontrar

            un  taxi  madrugador  que  lo  llevara  a  la  universidad

            para  visitar  al  mejor  biólogo,  filósofo  natural  y


            biotaumaturgo  que  conocía:  el  odioso  Montague

            Vermishank.





















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