Page 363 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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se decía severo. Hay un garuda al que echar a los cielos.

            Pero  no  podía  impedir  que  su  corazón  brincara  de

            emoción, y la ocasional sonrisa histérica asomaba a su


            rostro.  Algunos  días  buscaba  a  Lin  y,  si  no  estaba

            trabajando  en  su  obra  secreta  en  su  lugar  secreto,

            trataba  de  seducirla  en  el  piso  de  ella  con  un  fervor


            tierno y  excitado  que  a  ella  le  encantaba,  a  pesar  de

            estar  evidentemente  cansada.  En  otras  ocasiones


            pasaba  días  completamente  solo,  sumergido  en  la

            ciencia.

                Isaac  aplicaba  sus  extraordinarios  hallazgos  para


            tratar de diseñar una máquina capaz de solventar el

            problema de Yagharek.


                Un mismo dibujo comenzaba a aparecer más y más

            en  su  trabajo.  Al  principio  era  un  garabato,  algunas

            líneas sueltas cubiertas de flechas e interrogaciones. A


            los pocos días parecía más sólido. Las líneas estaban

            trazadas con regla y tinta. Las curvas se medían con

            cuidado. Estaba en camino de convertirse en un plano.


                A veces Yagharek regresaba al laboratorio, siempre

            cuando los dos estaban solos. Isaac oía la puerta abrirse

            por  la  noche  y  se  giraba  para  encontrarse  con  el


            impávido  y  digno  garuda,  aún  asfixiado  por  una

            visible desdicha.


                Descubrió  que  intentar  explicarle  su  trabajo  a

            Yagharek  le  ayudaba.  No  en  las  grandes  cuestiones




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