Page 367 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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—No sé cómo, Isaac —le había siseado Brote en los

            Muslos  con  reverencia—,  pero  te  deja  compartir

            sueños... —Ante aquel comentario, los demás adictos


            arracimados en un pequeño reservado del Reloj y el

            Gallito asintieron al unísono, de forma cómica. Isaac

            adoptó  una  expresión  escéptica  para  mantener  su


            papel de incrédulo. Por supuesto, en realidad estaba de

            acuerdo.  Pretendía  descubrir  más  sobre  aquella


            extraordinaria  sustancia.  Tendría  que  hablar  con

            Lemuel Pigeon, o con Lucky Gazid, si es que alguna

            vez  reaparecía;  pero  el  ritmo  de  su  trabajo  sobre  la


            teoría de crisis lo consumía. Su actitud hacia la mierda

            onírica  que  había  dado  al  gusano  seguía  siendo  de


            curiosidad, nerviosismo e ignorancia.

                Se encontraba mirando incómodo a la vasta criatura

            un cálido día de finales de Melero. Decidió que era algo


            más  que  prodigioso.  Sin  duda,  se  trataba  de  un

            monstruo, y lo maldecía por ser tan interesante. De otro

            modo habría podido olvidarse de él.


                La puerta a su espalda se abrió y Yagharek apareció

            bajo los rayos del primer sol. Era raro, muy raro, que el

            garuda se presentara antes del anochecer. Isaac se puso


            en pie, llamando a su cliente para que subiera.

                — ¡Yag, viejo! ¡Cuánto tiempo! Estaba a la deriva, y


            te necesito para anclarme. Ven aquí arriba.

                Yagharek subió las escaleras sin pronunciar palabra.




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