Page 448 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Rudgutter—. Esta es, con mucho, la huelga más grave
que ha amenazado a la ciudad desde hace... desde hace
un siglo. Por mucho que lo deteste, parece que vamos
a tener que dar ejemplo... —Rescue asintió solemne.
Uno de los tubos de comunicación en la mesa del
alcalde sonó. Enarcó las cejas y sacó la clavija.
— ¿Davinia? —respondió. Su voz era una obra
maestra de insinuación. Con una palabra le había dicho
a su secretaria que le sorprendía que le hubiera
interrumpido, en contra de sus instrucciones, pero que
su confianza en ella era muy grande, por lo que estaba
seguro de que tenía una excelente razón para
desobedecerle, para contárselo de inmediato.
La hueca y reverberante voz del tubo emitió breves
sonidos.
— ¡Bien! —exclamó suavemente el alcalde—. Por
supuesto, por supuesto. —Volvió a meter la clavija y
miró a Rescue—. Qué oportuna. Es la secretaria de
Interior.
Las enormes puertas se abrieron un poco, dando
paso a la secretaria, que asintió a modo de saludo.
—Eliza —dijo Rudgutter—. Por favor, únase a
nosotros. —Gesticuló hacia una silla junto a la de
Rescue.
Eliza Stem‐Fulcher se acercó al escritorio. Era
imposible adivinar su edad. Su rostro carecía de arruga
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